Frente a la costa de Brasil, los científicos han detectado por primera vez restos de cocaína en tiburones. Se analizaron 13 tiburones nariz afilada brasileños (Rhizoprionodon lalandii), capturados cerca de Río de Janeiro. Los análisis mostraron concentraciones alarmantemente altas de la droga en los músculos e hígados de los animales, en algunos casos hasta 100 veces más que lo registrado anteriormente en otros animales marinos.
¿Cómo llega la cocaína al mar?
La investigación, realizada por la reconocida Fundación Oswaldo Cruz, indica que la cocaína llega a los océanos por diversas vías. Por un lado, a través de laboratorios ilegales donde se produce la droga, y por otro, mediante las excreciones humanas tras el consumo. Menos probable, pero no descartado, es que los contrabandistas arrojen o pierdan paquetes de cocaína en el mar.
“Los resultados son muy importantes y potencialmente preocupantes”, explicó Sara Novais, ecotoxicóloga marina de la Universidad de Leiria, a la revista especializada. Science.
⚠️RIO NÃO É PARA AMADORES! Pela primeira vez na história, uma pesquisa analisou 13 tubarões da espécie bico-fino e em todos eles foram encontrados resquícios de cocaína nos músculos e fígado dos animais.
— BAÚ DO RIO OFC (@baudorio) July 24, 2024
Os tubarões foram retirados do mar no Recreio dos Bandeirantes. pic.twitter.com/mL7jZTnSfX
Consecuencias desconocidas para los tiburones y sus crías
Otro hallazgo llamativo: todas las hembras de tiburón analizadas estaban embarazadas. Los efectos de la cocaína en las crías no nacidas aún son totalmente desconocidos. Los investigadores señalan que sustancias como la cocaína podrían tener efectos similares en los animales que en los seres humanos, lo que podría tener consecuencias de gran alcance para la población de tiburones.
Los científicos subrayan que son necesarios más estudios con urgencia para comprender posibles cambios de comportamiento en los tiburones, así como daños a largo plazo en el ecosistema marino. Investigaciones anteriores en otras regiones ya habían demostrado que los residuos químicos de drogas en el mar no son raros. Por ejemplo, el año pasado se encontraron rastros de benzoilecgonina, un producto de descomposición de la cocaína, en el agua de mar frente a la costa sur de Inglaterra.
El hallazgo frente a Río pone de relieve cómo los flujos de drogas ilegales afectan no solo a las sociedades, sino también a la naturaleza y a sus ecosistemas sensibles.