Décadas de medidas de protección están dando resultados: cada vez se observan más tiburones toro de arena en el puerto de Boston. Los científicos informan que las aguas son hoy mucho más limpias que antes y que se asientan más peces presa, lo que ofrece condiciones ideales para que los tiburones utilicen la zona como criadero.
Tiburones jóvenes en el foco de la investigación
Investigadores del Acuario de Nueva Inglaterra capturan tiburones toro de arena juveniles para colocarles pequeños transmisores. Estos emiten señales a boyas a lo largo de la costa este de EE. UU., lo que permite seguir las migraciones de los animales. Durante el procedimiento, los tiburones entran en una especie de trance llamado inmovilidad tónica, lo que facilita la intervención. Tras la colocación de los transmisores, los tiburones son liberados de inmediato.
Los tiburones toro de arena pueden superar los tres metros de longitud, pero en Massachusetts aparecen solo en verano como juveniles. Se alimentan exclusivamente de peces y no representan ningún peligro para los humanos. Muchos visitantes ni siquiera saben que estos animales están en el puerto.
De la decadencia a la lenta recuperación
Entre las décadas de 1970 y 1990, las poblaciones se desplomaron hasta en un 90 % debido a la pesca. Solo con la prohibición de la pesca en los años noventa comenzó un lento proceso de protección. Hoy la población se recupera entre un uno y un dos por ciento al año, un avance pequeño pero significativo.
El regreso de los tiburones también está relacionado con la mejora de la calidad del agua en el puerto de Boston. Décadas de medidas medioambientales han vuelto a hacer el hábitat más atractivo, lo que ha llevado a los tiburones a regresar con regularidad. Algunos de los ejemplares marcados migraron cientos de millas hasta Florida y luego regresaron exactamente al mismo tramo de costa, una impresionante demostración del vínculo de esta especie con hábitats específicos.
Los tiburones toro de arena merecen más atención
Aunque los tiburones blancos suelen estar en el centro de la atención pública en Nueva Inglaterra, los expertos señalan que otras especies como el tiburón toro de arena también necesitan con urgencia más investigación y protección. Su papel en el ecosistema es fundamental, pero aún se desconoce mucho sobre su comportamiento y la evolución de sus poblaciones. Los nuevos transmisores, que pueden proporcionar datos durante hasta diez años, pretenden ayudar a cerrar estas lagunas de conocimiento y a desarrollar mejores medidas de conservación a largo plazo.